Entrenamiento del coterapeuta.
Posteriormente, se implementa un programa de entrenamiento en obediencia, en el cual se le enseña al animal a sentarse, caminar sin tirar de la correa, permanecer tumbado de manera tranquila, evitar el juego agresivo y no saltar sobre los humanos.
A esta educación básica, se le pueden añadir habilidades complementarias, aunque estas no son estrictamente necesarias, dado que el objetivo es obtener un perro de terapia empático que pueda expresar estados emocionales del paciente y tomar decisiones de manera espontánea. No se desea un coterapeuta que, debido a un sobre entrenamiento, sea incapaz de manifestar las percepciones que experimenta durante la intervención terapéutica.
Es fundamental que al trabajaren estos tres aspectos, se utilicen refuerzos positivos y castigo negativo, mientras se debe evitar el uso de refuerzo negativo y el castigo positivo. Es inviable entrenar un perro de terapia, o a cualquier otro animal, mediante el uso de malos tratos. Existen diversas técnicas de entrenamiento, tales como el clicker, el lurin el targeting, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario