Terapias Asistidas con animales, Fundación Centro Dominicano de Hipoterapia

Fundación Centro Dominicano de Hipoterapia

Terapias asistidas con animales, Fundación Centro Dominicano de Hipoterapia Testimonio   Video de presentación   (Contenido)

Entrenamiento del coterapeuta canino.

Entrenamiento del coterapeuta.

Una vez seleccionado el perro de terapia, ya sea un cachorro o un adulto, se iniciará un proceso  integral de desensibilización, socialización y entrenamiento, el cual deberá mantenerse a lo largo de  toda su vida laboral.  Es fundamental que el perro de terapia se habitúe, desde una edad temprana, a ser tocado, manipulado y saludado por diversas personas, así como a relacionarse de manera adecuada con otros animales. 

La desensibilización y la socialización constituyen aspectos esenciales en  la educación tanto de cachorros como de  perro adulto. este proceso se logra  mediante la exposición  del animal  a variados escenarios, ruidos, personas, texturas al caminar y objetos, prestando especial atención a aquellos  que son comunes en un entorno terapéutico , como son las sillas de ruedas, camillas, juguetes, etc. Además, es crucial que se adapte a diferentes tipos de caricias, ruidos, voces, cepillado de pelos y dientes, así como a ser manipulado por todo el cuerpo, incluyendo la boca.

Posteriormente, se implementa un programa de entrenamiento en obediencia, en el cual se le enseña al animal a sentarse, caminar sin tirar de la correa, permanecer tumbado de manera tranquila, evitar el juego agresivo y no saltar sobre los humanos.

A esta educación básica, se le pueden añadir habilidades complementarias, aunque estas no son estrictamente necesarias, dado que el objetivo es obtener un perro de terapia empático que pueda expresar estados emocionales del paciente y tomar decisiones de manera espontánea. No se desea un coterapeuta que, debido a un sobre entrenamiento, sea incapaz de manifestar las percepciones que experimenta durante la intervención terapéutica.

Es fundamental que al trabajaren estos tres aspectos, se utilicen refuerzos positivos y castigo negativo, mientras se debe evitar el uso de refuerzo negativo y el castigo positivo. Es inviable entrenar un perro de terapia, o a cualquier otro animal, mediante el uso de malos tratos.  Existen diversas técnicas de entrenamiento, tales como el clicker, el lurin el targeting, etc.


Desde el enfoque de diversos expertos, una vez que el cachorro se habitúa al nuevo hogar  y a la dinámica de grupo, se debe proceder a incorporarlo a las sesiones de trabajo  con los otro co-terapeutas. De este modo, comienza a  integrar desde una edad temprana los diversos elementos presentes en estas intervenciones, lo que facilita que se conviertan en una parte normal de su rutina diaria.

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