Terapias Asistidas con animales, Fundación Centro Dominicano de Hipoterapia

Fundación Centro Dominicano de Hipoterapia

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Indice de contenido

Indice


  1. Centro Dominicano de Hipoterapia (Fundación)
  2. Biofilia (Definición)
  3. Intervenciones asistidas con animales (Definición)

Terapias asistidas con caballos
  1. (Historia)
  2.  (Definición)
  3.  (Funcionamiento)
  4.  Indicaciones y contraindicaciones.
  5.  El coterapeuta
  6. Testimonio del duelo.
  7.  El hipoterapeuta.
  8. Método de trabajo, la bitácora
Terapias asistidas con perros.
  1. Definición 
  2. Selección del canino de terapia
  3. Entrenamiento del perro de terapia.
  4. El rol del terapeuta en las terapias asistidas con perros
  5. Aplicaciones de la canoterapia en psicología.
  6. Tratorno del espectro autista, beneficios
  7. Los cuidados del perro de terapia.
Beneficios de las terapias asistidas con perros y caballos en adultos mayores.

Biofilia

Qué es la biofilia?

La biofilia es un término acuñado por Eduard O. Wilson, biólogo y entomólogo de la Universidad de Harvard, que hace referencia a la atracción de carácter biológico que sienten los seres humanos por la vida en general y por los animales, plantas y medio ambiente en particular.
El doctor Boris Levinson, en su libro "Psicoterapias asistidas con animales", nos dice que “El contacto con el mundo inanimado, y particularmente con el mundo animado a través de
los animales de compañía, es crucial para un desarrollo emocional saludable”. La naturaleza nos guía siempre hacia el bienestar y, el contacto con los animales desarrolla las competencias emocionales de los seres humanos. El doctor Eduard O. Wilson afirma que la necesidad de relacionarnos con el entorno natural, específicamente con los animales, es una tendencia innata y genética de los seres humanos, ya que, nos hemos desarrollado en y gracias a la naturaleza.



Al entender de varios estudiosos del neurodesarrollo y la conducta humana, uno de los problemas actuales de la sociedad es que le hemos vuelto la espalda a la naturaleza y que los niños y adolescentes están creciendo en lugares donde no tienen ningún contacto con los animales ni con el entorno natural. 


Esto ha generado un sinnúmero de trastornos de la conducta,  alimentarios, de aprendizaje y en el desarrollo.  En repuesta  al crecimiento de esta problemática, han surgido una gran cantidad de terapias y formas de enseñanzas que devuelven a los usuarios a su hábitat  natural. Dentro de estas cabe mencionar, los bosques escuelas y las terapias asistidas con animales.



Intervenciones asistidas con animales

Intervenciones asistidas con animales, clasificación:


Las intervenciones  que incluyen un animal debidamente entrenado pueden ser tanto grupales como individuales y, deben realizarse siempre en compañía de una persona cualificada para esos fines. Aunque la Fundación Affinity sostiene que las mismas deben hacerse contando con la presencia de un profesional del área específica, existe un modelo de intervención denominado "actividades asistidas con animales", que no persiguen un objetivo terapéutico en si mismo y, por lo tanto, no requieren de un profesional en el área en ningún área. Sin embargo, involucran un animal debidamente entrenado y una persona experta en su manejo. Este tipo de intervención se lleva a cabo para promover el bienestar emocional de una o mas personas, por ejemplo en un hospital o una residencia de adultos mayores.



Terapias asistidas con animales: 
Estas intervenciones si tienen objetivos terapéuticos. La Delta Society las define como tratamientos que incluyen un o varios animales que cumplen con criterios de selección y forman parte de un plan de trabajo diseñado por un profesional de la salud del área correspondiente. En estas intervenciones, se establecen objetivos terapéuticos específicos a cumplir.
Educación Asistida por animales:
Se refiere a  programas educativos, dirigidos por un experto en el área de educación, los cuales incluyen un animal previamente seleccionado para estos fines. En este diseño,  se establecen objetivos específicos, en el  ámbito  educativo, como por ejemplo, la lectura asistida con perros.


No son terapias asistidas con animales:
Aquellas intervenciones que, además de no cumplir con  los criterios mencionados anteriormente, utilizan animales no aptos o no domésticos no pueden considerarse terapias asistidas con animales de ninguna índole. Esto se debe a que las terapias asistidas con animales se fundamentan  en el bienestar y el respeto hacia cada uno de los integrantes de la misma. Incorporar un animal salvaje, como un delfín, que ha sido secuestrado de su entorno natural, violaría este principio fundamental, que es un pilar de este tipo de intervenciones.


Definición

Definición:

Las terapias asistidas con animales, constituyen un enfoque de intervención terapéutica que emplea la interacción entre humanos y animales, como parte de un tratamiento o intervención destinado   a mejorar la salud física, emocional, mental, cognitiva y/o social de los individuos.  En este tipo de terapia se integran animales entrenados  en sesiones estructuradas que son  supervisadas por profesionales de la salud y un guía o referente del animal cooterapeuta, con el objetivo de ayudar a los pacientes a alcanzar objetivos terapéuticos específicos.

Cuando el coterapeuta es un canino, estas intervenciones se denominan, terapias asistidas con perros o canoterapias. La evidencia sugiere que la presencia de un perro en el entorno terapéutico favorece la relajación, disminuye la ansiedad, incrementa la motivación, estimula  la expresión emocional y facilita la comunicación entre el paciente y su terapeuta.




En 1953, en Estado unidos, el psiquiatra Boris Levinson observó la interacción de su perra jingle con un niño que estaba bajo su tratamiento. Este niño mostraba un comportamiento muy retraído y, a pesar de un prolongado proceso terapéutico, no logrado resultados significativos. Durante esa observación, el Dr. Levinson notó una conexión emocional e interacción  entre la perra y el niño, que lo llevó a incorporar a Jingle en las sesiones de terapia. A partir de este momento, Levinson estableció  las bases de las terapias asistida con animales y es reconocido como pionero en este campo.
Los caninos pueden desempeñar un papel como coterapeutas en diversas modalidades de terapia, incluyendo terapias físicas, conductuales, terapia de habla, ocupacional, pedagógicas y psicológicas, entre otras.

Selección del perro de terapia.

Selección del perro de terapia:

La selección del canino adecuado para las terapias asistidas con perros, comúnmente denominadas canoterapias, puede determinar el éxito o el fracaso de estas intervenciones. Los perros de terapia son animales, seleccionados específicamente debido a sus aptitudes temperamentales, las cuales son esenciales para mantener niveles de energía y entusiasmo que faciliten el logro de los objetivos terapéuticos de los usuarios. El bienestar del perro es primordial durante la selección, razón por la cual etólogos y veterinarios participan activamente en este proceso.
Para elegir un perro de terapia  es necesario evaluar tanto factores fenotípicos como de temperamento. Este último es característico de cada animal y puede ser influenciado  por el entrenamiento y el entorno en que se desarrolle su vida. Según diversas investigaciones, los perros destinados a terapias deben presenta ciertas características fenotípicas que favorezcan su interacción con el receptor.  Deben ser perros de tamaño mediano o grande,  evitando aquellos de razas gigantes, que posean pelaje suave sin ser excesivamente largo o áspero. Además, no deben presentar mutilaciones físicas tales como corte de orejas o cola. 

Las razas más comúnmente utilizadas para estos fines son los labradores, cobradores dorados y el Cavalier king Charles spaniel.   Estas razas, por su morfología  y temperamento, tienden a presentar un menor impacto tanto físico como psicológico durante el trabajo en las sesiones de terapia. Sin embargo, esto significa que no se puedan utilizar perros de otras razas o mestizos. Es importante aclarar que no está permitido el uso de razas potencialmente peligrosas o sus mestizos,  conforme a lo estipulado por la ley 50/1999, RD 287/2002. 
Los factores mas relevantes a tomar en cuenta en la selección de un perro de terapia  incluyen aquellos que determinan su carácter, la capacidad de establecer un vínculo positivo con los seres humanos y otros perros, sus disposición  para jugar y que su facilidad para establecer lazos afectivos. El sexo no es un factor determinante excepto en intervenciones relacionadas con abuso sexual, donde se prefiere emplear hembras., 
En el caso de los cachorros se deben evaluar distintos factores, tales como los niveles de energía, sociabilidad, agresividad, confianza, motivación y capacidad de aprendizaje, entre otros. La prueba más comúnmente utilizada para la evaluación de estas variables es la Prueba de Campbell, desarrollada por William Campbell, en la década de los sesenta.
Autores como Dubreu, Vélez y Paramino, sugieren que también es posible seleccionar perros adultos, en los cuales se evaluaran aspectos como la atención, agresividad, desensibilización, umbral de respuesta, tolerancia al estrés, iniciativa y concentración, entre otros.


Desde la perspectiva del autor experto en este tipo de terapias, Francesc Ristol, Es preferible trabajar con cachorros que provengan de criaderos reconocidos y aún más, de aquellos que se especializan en la cría perros fines terapéuticos. Desde desde las primeras semanas de vida, los cachorros deben ser sometidos a ejercicios de estimulación temprana y entre las tres y doce semanas de su nacimiento, se produce el período de socialización, higiene y organización jerárquica. Ambas etapas son fundamentales para el desarrollo físico y conductual de la cría, y, por lo tanto, deben se ejecutadas y cuidadosamente supervisadas  por un criador experimentado.


Aplicaciones de la la Canoterapia y el rol del técnico y del experto.

 Aplicaciones de la canoterapia

Las terapias asistidas con perros se aplica en diversas ramas de la salud, en la terapia ocupacional, en la psicología, psicopedagogía, proyectos de inclusión social y la neuro rehabilitación de adultos y niños.

Rol del técnico y del experto en la sesión terapéutica:
Las terapias asistidas con perros implican la colaboración de de cuatro actores clave: el experto, el técnico, el coterapeuta y el usuario.
El experto un profesional del ámbito de la salud que se va a trabajar y que dirige la sesión y  es responsable del bienestar del paciente. Este individuo posee conocimientos especializados que le permiten adaptar la intervención a las necesidades específicas del usuario.
El técnico  es un profesional encargado  de facilitar la interacción del perro con el usuario, así como entre el canino y con el experto. Este rol es fundamental, ya que el técnico es responsable del cuidado y manejo del perro durante toda la sesión, asegurando que las interacciones sean seguras y beneficiosas.
A diferencia de un perro de asistencia, el perro de terapia no reside  con el usuario, sino con su manejador. Por lo tanto, es con este ultimo con quien forma un vínculo afectivo y de confianza convirtiéndolo en la figura de referencia durante todo el proceso terapéutico.   
Un experto competente en intervenciones de ese tipo posee la sensibilidad necesaria  para identificar y maximizar todas las oportunidades que ofrece la interacción entre el perro y el paciente, para utilizando estas instancias para avanzar hacia los objetivos terapéuticos establecidos. Por su parte, técnico eficiente debe ser capaz  que reconocer las señales que emite el perro en todo momento, con el fin de prevenir, redirigir o interrumpir cualquier interacción pueda incomodidad o estrés al coterapeuta.
Es factible que una sola persona asuma tanto el rol  de técnico como el de experto en una sesión.

Aplicación en psicología

Las terapias asistidas con perros y sus aplicaciones en psicología.

En el ámbito de la psicología, los perros de terapia  se consideran valiosos aliados debido a su notable capacidad de entablar vínculos  afectivos con los seres humanos. Estos animales ofrecen consuelo y apoyo incondicional, lo que les permite desempeñar funciones terapéuticas significativas  en las intervenciones dirigidas a  pacientes con trauma complejo.  A través de su presencia cálida y reconfortante, los perros de terapia brindan  oportunidades para disminuir la ansiedad, regular las emociones y fomentar un sentido de seguridad en el paciente. 


La interacción con un perro, en un  contexto terapéutico puede facilitar  el desarrollo de habilidades de conexión, simpatía y confianza, las cuales pueden ser transferidas posteriormente sus relaciones interpersonales. Además, los perros contribuyen a la regulación emocional de los pacientes, en colaboración con el el terapeuta, quien instruye a las personas en la práctica de la atención plena, la  regulación de la respiración y la percepción de las señales emocionales derivadas de experiencias traumáticas pasadas. 
Investigaciones han demostrado que la  interacción positiva con un perro reduce los niveles de cortisol, una hormona asociada al estrés,  y aumentan la liberación de oxitocina, que se relaciona con el vinculo social y el bienestar. en consecuencia, estas interacciones contribuyen a la reducción del estrés y la ansiedad en los pacientes.
En su obra "Psicoterapia infantil asistida por animales", el Doctor Boris Levinson describe las múltiples ventajas de integrar caninos en las sesiones de psicoterapia dirigidas a niños y adolescente, especialmente aquellos provenientes de entornos familiares disfuncionales con escasa estimulación intelectual y afectiva. En este contexto  puede ser  que la presencia "neutral" del terapeuta sea percibida como amenazadora por estos jóvenes pacientes (Levinson, 1995)
Las las funciones del perro  de en la psicoterapia  se pueden categorizar de la siguiente manera: actúa como objeto transicional, facilita el contacto físico, proporciona afecto y aceptación incondicional, y ofrece al terapeuta un medio para aproximarse a aquellos niño que manifiestan desconfianza hacia él. Además, permite  al profesional observar las dinámicas relacionales del niño con un ser en quien  confía.



Muchos niños con trastornos emocionales requieren la posibilidad de  establecer  un contacto físico no amenazante; actividades como abrazar o acariciar un perro de terapia pueden cumplir este propósito. Estos animales también funcionan como facilitadores de la expresión de sentimientos, pensamientos o situaciones que, por miedo o vergüenza,  el niño puede abstenerse de compartir con el  terapeuta, pero con los que siente mas cómodo comunicándose a través del perro.
Este coterapeuta no solo actúa como un canal de comunicación, también se convierte en un recurso poderoso que permite al terapeuta construir una narrativa en las que las experiencias del niño se proyectan sobre el perro, facilitando así la exploración de eventos de su vida que han sido muy dolorosos o insuficientemente abordados.






Terapias asistidas con perros en niños dentro del espectro autista.

Beneficios de las terapias asistidas con perros en usuarios con trastorno del espectro autista.

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que generalmente se diagnostica  en los primeros años de vida. DE acuerdo a un artículo publicado por la Clínica de Mayo, "El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación." La doctora Lorna Wing describe el autismo como un síndrome,  que consiste en un conjunto de síntomas asociados  con diferente trastornos neurobiológicos y niveles  de funcionamiento intelectuales.


Diversos estudios han demostrado la efectividad de las terapias asistidas con perros para abordar ciertos aspecto del TEA, como la atención, las habilidades sociales, la percepción sensorial, la propiocepción, las funciones ejecutivas y el aprendizaje, entre otros. aunque algunos autores la consideran como una terapia alternativa, se puede catalogar la terapia asistida con animales como una intervención complementaria dentro de la variedad de abordajes terapéuticos necesarios para los niños con TEA. Según la Dra Temple Grandin, estas intervenciones deben incluir aproximadamente cuarenta horas semanales desde el momento del diagnóstico hasta que el niño cumpla los siete años.
Existen perros especializados conocidos como  "perro ancla" o perros de servicio para personas dentro del espectro autista (PSA),  que son considerados como tales debido a la relación afectiva que establecen con sus usuarios, generalmente niños diagnosticados con esta condición. Estos animales cohabitan con los usuarios y han sido entrenados inicialmente para prevenir fugas y proteger al niño de situaciones potencialmente peligrosas.  Su entrenamiento incluye el uso de un arnés conectado con una correa que se sujeta al dispositivo de sujeción que lleva el niño, así como otra correa más larga que sujeta el adulto acompañante. En caso de una crisis de fuga, el perro se tumba en el suelo al sentir el tirón de arnés, actuando como un ancla de contención que brinda tiempo al cuidador, que se encuentra a cierta distancia, para  alcanzar al niño. Este mecanismo no solo incrementa la seguridad durante los paseos, sino que también permite mayor independencia al usuario y fomenta el aprendizaje del niño en su inhibición del impulso de escapar.


Según los autores del artículo titulado "El uso del perro en el tratamiento del trastorno autista", las familias que integran este perro de servicio pronto se percataron de los animales podían ofrecer beneficios adicionales. Actualmente, los perros PSA son entrenados para asistir a sus usuarios en diversas tareas de la vida diaria, intervenir físicamente durante las crisis comportamentales, proporcionar compañía durante la hora de dormir y facilitar las interacciones sociales.
No obstante, es fundamental abordar con precaución la recomendación de un perro ancla,  ya que su inclusión puede generar un aumento de estrés de un sistema familiar que ya enfrenta la considerable carga de los cuidados que requiere un niño con necesidades especiales. Además, los perros de servicio implican costos adicionales para las familia que ya están sobrecargadas financieramente debido a los gastos asociados a las terapias del niño. Por último, es relevante considerar que, debido a su función, estos perros suelen ser de razas grandes, lo  que requiere de un espacio adecuado en el hogar y la necesidad de  paseos regulares  para garantizar su ejercicio.



Los cuidados del perro de terapia

Los cuidados del perro de terapia

Según el estudio publicado por la Asociación Americana de Hospitales de Animales, los coterapeuta caninos requiere de cuidados específicos en diversos aspectos de su vida. Debido al estrecho contacto que mantienen con  los usuarios, estos perros deben seguir pautas particulares de salud. Entre estas pautas se destaca la necesidad de aplicar un régimen de desparasitación tanto interna como externa,  que debe ser más frecuente que en perros que no desempeñan este tipo de labor. Asimismo, es imperativo que las vacunas se administren anualmente y con rigor, puesto que que esto no solo preserva la salud de los perros, sino que también protege a los pacientes de enfermedades zoonóticas. Por ello, se recomienda que el veterinario este plenamente  informado del trabajo que realiza el coterapeuta canino.


Con respecto a la alimentación , es de vital importancia que esta sea equilibrada y que se evite incluir alimentos crudos. Además, se debe tomar  en cuenta la cantidad de golosinas ofrecidas durante cada sesión  en cada sesión para prevenir el sobrepeso. 
Otro aspecto a considerar es la higiene. Los perros deben  ser cepillados diariamente, bañados periódicamente y llevados al veterinario para realizar limpiezas dentales profunda una o dos veces al año. También es esencial mantener las uñas del animal recortadas adecuadamente.
Los perros de terapia  pueden estar expuestos a situaciones de estrés durante las sesiones de intervención. Por esta razón , el manejador debe estar muy atento para detectar los primeros signos que indiquen que  el perro no está disfrutando de la experiencia terapéutica . Estos indicadores se conocen como Señales de Calma o Señales de estrés, que comprende  una serie de comportamientos que los perros manifiestan  cuando se sienten incómodos en una situación dada. Entre  estas señales se incluyen el bostezo mas frecuente de lo habitual, el sacudido del cuerpo en múltiples ocasiones, el giro de la cabeza hacia un lado, la conducta hiperactiva, el movimiento de la cola, el estiramiento y en casos mas graves,  el vómito y la diarrea. Es importantes señalar que no todos los perros expresan las mismas señales; por lo tanto, el manejador debe tener un profundo conocimiento de  las señales específicas de su perro para retirarlos de cualquier circunstancia que le cause estrés.


Asimismo, los períodos de descanso, juego y recuperación, también son fundamentales para el bienestar emocional del perro. el uso de elogios, caricias y momentos de juego, genera sensaciones positivas en relación con su entorno de trabajo y fomenta el vínculo relacional con su manejador, que  debe estar basado en la confianza mutua y el afecto, dado que el manejador o técnico, es el referente del perro.
Es esencial que el manejador opere de manera ética y siempre priorice el bienestar del coterapeuta. junto con el médico veterinario, debe estar atento a cualquier dolor o lesión que pueda afectar el rendimiento del perro y causarle sufrimiento innecesario. 
El contexto terapéutico debe constituir  un espacio seguro y acogedor para todos los participantes, y por ende, la salud emocional de nuestros coterapeutas representa  punto primordial a considerar.




Beneficios de las terapias asistidas con perros y caballos en adultos mayores.

Las terapias asistidas con  animales, específicamente a través de la interacción con perros y caballos, han demostrado una mejora significativa en  la calidad de vida de los adultos mayores, tal como lo reflejan  numerosos estudios  empíricos. La evidencia sugiere que la implementación complementaria de dichas terapias ofrece múltiples  beneficios en los aspectos físico, emocional, mental y social de esta población.   
diversas investigaciones han documentado los efectos positivos de estas intervenciones en la reducción de la depresión, mejora de la movilidad y la  estimulación de funciones mentales y cognitivas. A partir de  principios fundamentales de la terapia ocupacional y la neuroplasticidad, estudios recientes han evidenciado  que la interacción con estos animales, induce respuestas neurobiológicas favorables, modulando los niveles de cortisol, dopamina, oxitocina y serotonina, hormonas que son fundamentales en la regulación del estado de ánimo. 
      • Los beneficios mas destacados de estas terapias incluyen:Mejora del bienestar emocional: Diversos estudios han comprobado que la presencia de  un canino en el entorno reduce la producción de cortiso,l lo que así vez mejora la capacidad de respuesta al estrés. Asimismo, se ha evidenciado que las terapias asistidas con perros y con caballos,  pueden disminuir los síntomas asociados con la ansiedad y depresión.
      • Aumento de la actividad física: Las terapias ecuestres y caninas promueven la participación de los  adultos mayores en actividades físicas, lo que contribuye a mejorar la salud cardiovascular y la movilidad. En el contexto de las terapias con caballos, se han observado beneficios adicionales en la mejora del patrón de marcha, equilibrio y la tonicidad muscular.



      • Fomento de la socialización: Las actividades asistidas por animales, suelen llevarse a cabo en entornos grupales en esta población, lo que favorece la comunicación y la  interacción social en los adultos mayores.
      • Estimulación cognitiva: A través de una variedad de  ejercicios realizados en conjunto con estos animales, se ha documentado una  mejora en la memoria, atención y habilidades de resolución de problema y otras funciones ejecutivas.
      • Mejora la autoestima y la autoconfianza: El cuidado  de un perro o de un equino puede servir para fortalecer en los adultos mayores el reconocimiento de capacidades, permitiéndoles  revaluarse y auto observarse desde una perspectiva positiva en relación a sus habilidades y su autoconcepto.
Estos hallazgos resaltan la importancia de integrar las terapias asistidas con animales como un enfoque viable y efectivo en el cuidado y la rehabilitación de la población de envejecientes.




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